Yo soy la Vid, vosotros los sarmientos. Cuando estás unido a mí y yo a ti, la relación es íntima y orgánica, la cosecha será abundante. Separados, no podéis producir nada. Quien se separa de mí es madera muerta, recogida y arrojada a la hoguera. Pero si os sentís en casa conmigo y mis palabras están en casa en vosotros, podéis estar seguros de que todo lo que pidáis será escuchado y actuado. Así es como mi Padre demuestra quién es: cuando dais uvas, cuando maduráis como discípulos míos.
Juan 15:5 (MSG)
Esta madrugada me levanté y el Señor me dio esta palabra: "separados de mí nada puedes hacer".
Durante estos días, he tenido lo siguiente en mi corazón, y es el detalle que desde lo más mínimo a lo más amplio o complejo lo consultemos con nuestro Padre. En el transcurso de los días he notado que somos selectivos en el momento de orar para pedir. Y esto va trayendo toda una cultura de hábitos en los que escogemos por lo que sí orar para saber la voluntad de Dios y lo que podemos hacer por nuestra cuenta, no lo ponemos en oración. Y la selectividad se asoma por una rendija de la ventana de nuestra mente y termina teniendo el control de todo lo que hacemos. Llega y termina hospedándose en tu toma de decisiones. ¿Acaso puedo excluir a Dios de algunos aspectos de mi vida?
Y seguimos caminando, viviendo y respirando con unas cosas en la oración que esperamos de Dios y otras que no necesitan ser llevadas al altar de oración. Y mientras esta frase venía a mi mente, un deseo urgente por escribir sobre esto salta en el corazón. El hombre puede construir y tiene libre albedrío desde que estuvo en el huerto del Edén. Pero, por encima de esa famosa libertad, hay una premisa y es que podemos hacer muchas cosas, pero si éstas no están unidas a esa confirmación que viene del cielo, ¿valdrán la pena? ¿Para qué estoy trabajando? ¿Estoy haciendo el deseo del Rey de mi vida? ¿Será acaso, que pensamos que estamos unidas a la vid y en realidad estamos separados?
Separados de El, podemos hacer; sí en nuestras fuerzas, en nuestro propio entendimiento y juicio. Separados hacemos, pero es sin la VID.
Pero hoy, mi oración es que analices y ores si lo que has trabajado sin estar cerca de tu Padre, realmente era su deseo. Si el trabajo que has levantado viviendo separada de nuestro Hacedor ha dado los frutos que los caracterizan. Sé que muchas veces has leido sobre este versículo de la Palabra. Sin embargo, hoy cobra otro sentido, porque Su Espiíritu a través de estas letras llegan para confrontarnos, empezando conmigo.
Dice la palabra que nada podemos hacer, porque para Dios es como NADA, todo lo que hacemos fuera de su propósito. Edificamos ciudades, construimos puentes, vamos a la luna y más allá si es posible. Hoy me pregunto: ¿será esto como nada para Dios? Y es solo un ejemplo, porque cada una sabe lo que ha edificado, sabe lo que ha construido, y sabe las decisiones que ha tomado en el trayecto. Ver atrás nos ayuda a no cometer las mismas fallas. Sin embargo, llevar TODO al altar de oración es de vida o de muerte. Estar separada de la Vid, que es Cristo, significa ser arrojada al fuego, el final es terminar en el fuego y en ardor.
No olvidemos que podemos pensar que estamos haciendo mucho, pero para Dios no necesariamente significará mucho. Si no estás unida al Padre, en oración, en comunión y en esa relación simbólica que se nos presenta a través del pámpano y la vid, todo será como nada.
Dice la palabra que si en lo poco somos fieles... (Mateo 25:23) Uno de mis versículos favoritos de la Biblia. Hoy me llevo ese detalle, serle fiel también al Rey de Gloria en mis pequeñas decisiones, en mis asuntos más diminutos, me dará acceso a saber que la mayordomía de mi vida en TODOS los sentidos se la entrego en el altar completa.
Así como llevaban los animales como sacrificio, eran presentados completos. La tarea de sacrificarlos y derramar la sangre le correspondía al sacerdote.
Amiga que me lees, presenta la ofrenda completa, sin seleccionar detalles de la misma. Entrégala y deja que el Sumo Sacerdote haga su trabajo. Llévalo todo, porque no nos corresponde separarlo. No nos conviene separarnos de nuestro Amado.
No separes nada de tu vida del altar que levantas cada mañana o cada noche al finalizar el día.
No separes tus decisiones.
No separes tu familia.
No separes tus asuntos.
No separes tus finanzas.
No separes tus peticiones.
No separres tus batallas.
No separes tu interior.
No separes tu relación con quien anhela lo entregues TODO.
Es mi oración que hoy meditemos en este versículo y veamos si estamos realmente unidos a la Vid verdadera. Unidas a ésta, como dice esta versión The Message, todo lo pidamos será escuchado y actuado. Creyendo con todo mi corazón que la cosecha de cada una será abundante.
Dios te bendiga.
Con amor,
Xiomy M.
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